Nada como un viaje a los mejores manjares que te puede ofrecer cualquier país, Un elemento que se une al disfrute y que ayuda a conocer en profundidad la cultura de los lugares que se visitan: la gastronomía.
El crecimiento del turismo gastronómico, impulsado por las redes sociales y los programas de viajes y cocina que nos acercan la cultura culinaria de distintas partes del mundo, hace que el sector turístico tenga cada vez más opciones, como guías especializados y tours de cocina, que comienzan con un paseo por el mercado para hacer las compras y terminan con una clase donde enseñan a preparar varios platos.
Existen diversos países con una amplia gama de manjares y deliciosos platillos, algunos son:
1. Italia: Carbonara
Descripción: La carbonara es un plato de pasta tradicional de la cocina romana. Hecho con spaghetti, huevo, queso Pecorino Romano, panceta (o guanciale, que es la mejilla de cerdo curada) y pimienta negra, la carbonara es un ejemplo sublime de la cocina italiana, donde la simplicidad se encuentra con un sabor rico y profundo. La clave de una buena carbonara reside en la calidad de los ingredientes y en la técnica para mezclarlos, de manera que la pasta se cubra con una crema suave y sedosa sin cuajar el huevo.
2. Japón: Ramen
Descripción: El ramen es un plato de sopa de fideos que se ha convertido en un ícono de la cocina japonesa, aunque originalmente fue importado de China. Consiste en fideos de trigo servidos en un caldo que varía ampliamente entre regiones e incluso entre establecimientos individuales. Los caldos más comunes son shoyu (soya), miso, tonkotsu (hueso de cerdo) y shio (sal). Se complementa con diversos ingredientes como rodajas de cerdo asado (chashu), algas (nori), bambú encurtido (menma), y huevo cocido. Cada región de Japón tiene su propia versión de ramen, reflejando la diversidad culinaria del país.
3. México: Mole Poblano
Descripción: El mole poblano es quizás uno de los platillos más representativos de la cocina mexicana y se considera el platillo nacional por excelencia. Originario del estado de Puebla, este rico y complejo guiso combina ingredientes indígenas y europeos, lo que resulta en un símbolo de la fusión cultural de México. El mole incluye chiles, especias, frutas, frutos secos, chocolate y, a menudo, más de 20 ingredientes. Se sirve tradicionalmente con pollo y acompañado de arroz blanco y tortillas de maíz. La preparación del mole es un proceso laborioso y artesanal, lo que lo convierte en el centro de muchas celebraciones y festividades mexicanas.
Viaja y disfruta de algunos de los platillos más deliciosos que te puede ofrecer cualquier país.
~Target Travel, Viaja fácil
